La cámara es la “prolongación de los ojos” y para sacar fotos hay que “alinear ojos, cabeza y corazón en el mismo eje”. Somos espectadores pasivos en un mundo en perpetuo movimiento. Nuestro único momento de creación es esa fracción de segundo en la que el obturador hace “Clic”.

Henry Cartier Bresson

Nacido en Cornellá, en la periferia de Barcelona, donde resido y desde donde me planteo la mayoría de proyectos. No vivo de la fotografía, vivo con la fotografía, fiel amante y compañera. Fotógrafo PASSIONAL versus PROFESSIONAL. Son cuatro letras de diferencia que marcan a fuego el modus operandi y la manera de entender la vida a través del visor de la cámara.
PROFESSIONAL me parecía en un principio una palabra VIP que abría muchas puertas tanto físicas como creativas por arte de Birlibirloque. En mi adolescencia fotográfica deseaba ahogarme en toda la iconografía del medio fotográfico: emulsiones professional, laboratorio Pro, carnets pass y press, correas con los logos de la marca de culto, ópticas luminosas inalcanzables, etc. Un atrezzo que me mantenía más preocupado por el continente que por el contenido. Con la experiencia y serenidad que otorga la evolución lógica en el tiempo, estos complejos desaparecen y esta palabra fue perdiendo cotización de deseo, transformándose poco a poco en una etiqueta que hoy me alegro de no tener que sobrellevar en muchos sentidos aunque no en todos. Recuerdo en una ocasión en la que pude disfrutar de un corrillo compuesto por Antonio Molinero (Escritor, crítico fotográfico y profesor), Miquel Galmes (fotógrafo y Director del IEFC), Robert Doisneau (fotógrafo autor del famoso beso en el París de los años 50), y un servidor. La conversación versaba sobre de que hablan los fotógrafos cuando se reúnen; Galmes comentó al respecto: frecuentemente salen los temas de cementerios y la gastronomía a lo que Doisneau contestó: “será por las penurias de vida que casi siempre llevamos los fotógrafos”.
En este sentido, me siento un privilegiado; no necesitar vivir de la fotografía y no tener que amortizar inversiones, llenar el estómago, pagar hipoteca, etc. con recursos provenientes de haluros o píxeles me permite acometer proyectos como me venga en gana; tanto en la elección de los temas, perspectiva de enfoque y timming de desarrollo.
Siendo AMATEUR no sufres las directrices impuestas por el cliente, ni las rutinas que irremediablemente, salvo contados casos, marcan las leyes de mercado o las propias necesidades primarias del ser humano. Vivo mi condición de AMATEUR con la mayor de las dignidades, en libertad total pero con una responsabilidad en su realización parecida. Aunque he realizado numerosos trabajos remunerados para clientes particulares e institucionales, considero que la fotografía, a igual que el resto de disciplinas artísticas, dejando al margen un aspecto funcional, sólo como herramienta estricta de creación y expresión artística o comunicación debería tener poco o nada que ver con conseguir pingües beneficios económicos. Nunca he entendido bien, al igual que me pasa con la política esta ecuación. Fotógrafo AMATEUR, reza mi epitafio de presentación.
Posteriormente a la formación académica ordinaria en el ámbito del diseño tecnológico recibí formación fotográfica y artística en centros como la Escola Municipal d´Art de Cornellà, donde me inicié como alumno y posteriormente como profesor de fotografía. Otros cinco años de formación en el IEFC (Institut d´Estudis Fotogràfics de Catalunya) y diversos seminarios más especializados, además, naturalmente, de la formación continua autodidacta obsesiva desde los 16 años en la investigación y conocimiento de obras multidisciplinarias de clásicos y contemporáneos.
Trabajo en el Centro Técnico de I+D de SEAT, desarrollando junto a mis colegas los nuevos modelos de la marca desde 1996 habiendo pasado antes en la misma SEAT por las áreas de Producción, Ingeniería de Infraestructura e Ingeniería de Procesos, esta última etapa como residente 3 años en VW Pamplona. Un desdoblamiento de actividad y personalidad también muy creativa y sobre todo muy útil para poder vivir y pagar las facturas.
Mis inquietudes fotográficas giran en torno a profundizar en la fotografía no sólo como testigo y documento sino también como instrumento de interpretación subjetiva de la realidad. El instante “banal” para mi cobra su importancia al lado del instante “decisivo” de Bresson. El tiempo, como aliado y como pasa con el vino, otorgará a la banalidad de hoy una transformación en documento de interés. Imágenes documentales e imágenes subjetivas comparten casi siempre el mismo transfondo en el que el protagonista es la temporalidad. Momentos banales o decisivos, obras efímeras del ser humano, comportamientos y costumbres sociales, crónicas gráficas de “la gauche divine” anónima, corriente y moliente son “objets trouvèes” que a modo de trapero voy buscando y recolectando en mi saco fotosensible. Mi salario: por un lado, saciar esas otras necesidades más etéreas que algunos llevamos dentro, aportar mi granito de arena a modo de testaferro de realidades caducas en el tiempo que me ha tocado vivir y proponer estímulos para la reflexión y reacción del espectador.

Quizás, todo sea predicar en el desierto, quien sabe.

Carpe Diem. Tempus Fugit

© IGNACIO LÓPEZ 2006